
Ser seropositivo muchas veces se convierte en una terrible condición, más allá que sea un problema de salud, es un problema social, en donde la ignorancia nos hace actuar muchas veces con prejuicios y discriminación sin considerar el daño que hacemos a otros. Los portadores de VIH son constantemente discriminados y estigmatizados por la sociedad en muchos ámbitos de sus vidas, tales como el trabajo, la salud, su vida pública, su condición sexual, etc. vulnerando de esta forma sus derechos. Cuando se discrimina, no se tiene piedad, se olvida que son personas humanas que buscan oportunidades, que buscan desarrollarse como todos, y nos limitamos a pensar individualmente, dejando de lado que con nuestro actuar estamos menoscabando muchos sueños o ideales de otros.
El virus no afecta solo a hombres, sino que cada vez se relaciona más con mujeres y niños. No hace diferencia entre clase social, profesión, ocupación, edad, género, etc. Sino que existe una amplia gama de personas dentro de la sociedad que portan el virus, quienes no tan solo tienen que adaptarse y aceptar su condición, sino que además deben cargar con el miedo a la discriminación y estigmatización continua por parte de la población “sana”. Quienes tendrán más valor se enfrentaran a estos y serán capaces de salir al mundo y continuar, sin embargo quienes no, se ocultarán y truncarán sus metas, se excluirán y se desarrollarán de forma aislada y temerosa, por miedo al rechazo.
Sin duda el VIH cambia la vida de todas las personas, tanto de quienes lo portan como de quienes no, ante esto, hoy los medios de comunicación son masivos y la información se propaga rápidamente, debemos ser concientes y conocer bien antes de juzgar y discriminar, no podemos olvidar que los seropositivo son personas aún sanas que al igual que todos desean surgir y necesitan su espacio y respeto por parte de todos, no necesitan compasión, solo que los miren como iguales y como personas capaces. La inclusión implica que estos puedan tener vidas largas y productivas en lo personal y como ciudadanos, ante esto en nuestras conciencias y deseos de una sociedad más incluyente, radica el respeto, la valoración y aceptación de los seropositivo.